En algún momento de tu existencia habrás perdido o perderás a una persona muy importante en tu vida tus abuelos/as, tus padres, tu pareja, alguno de tus amigos/as, tu hijos/as, y puede que incluso tengas un aborto, y si, a eso también se le considera una perdida.
En ese mismo instante habrás sentido o sentirás como algo se rompe en tu interior, se te parte el corazón, miles de sentimientos se agolpan en tu cabeza, rabia, miedo, dolor, angustia, todo eso es normal, es parte del proceso de la existencia.
Es muy importante que entiendas que es una parte de tu vida que por “suerte” o por desgracia ocurrirá tarde o temprano. Pero debes saber qué te has estado preparando para ello con pequeñas perdidas a tu alrededor sucedidas hasta este momento. Acaso ¿nunca cambiaste de casa? ¿nunca te mudaste de barrio? ¿No te fuiste a vivir con tu pareja? ¿No hiciste un largo viaje? ¿Un amigo tuyo no se fue a vivir a un lugar muy lejano? ¿No tuviste que cambiar de trabajo? O ¿perdiste a tu mascota?
Esas pequeñas pérdidas han estado forjándote para la gran perdida, para que puedas salir de ese golpe tan duro, y te aseguro que lo harás.
Te preguntarás porque he dicho que por “suerte” ocurrirá. Pues bien, cada cambio que sucede en tu existencia, transforma una parte de tu Ser, modificando tu forma de vida, planteándote situaciones y acciones que ni te habías imaginado. En el caso de la perdida de tu ser querido, te pone al límite, a partir de este momento hay un punto de inflexión, muchas cosas cambiarán. Y podrás superar este trance.
Debes saber que para realizar este proceso de transformación debido al duelo, tienes que pasar por cinco fases, y después de ellas, saldrás renovado/a, transformado/a y más que preparado/a para todo a lo que tengas que enfrentarte.
¿Esto no me está pasando a mí? (fase de negación).
Como cualquiera entraras en un estado de shock en el que el dolor hará que no te creas lo que está ocurriendo. Buscaras mil respuestas para demostrar que eso no ha sucedido, desde que los médicos se han equivocado hasta que es una pesadilla, por ejemplo. Pero siento decirte que es real, que sí que pasado, pero también te aseguro que saldrás de esta. Este proceso no debe durar mucho.
En esta fase podemos reflejar nuestros sentimientos hacia enfermedades físicas como malestar estomacal, dolor en el pecho, e hipertensión.
¿Por qué a mí? (Fase de Ira)
En este punto te enfadaras con el mundo. Tu dolor es tan fuerte que hasta le echaras la culpa a tu ser querido, a todos, a Dios, incluso a ti mismo por no haber hecho nada para evitar la pérdida.
Debes expresar lo que sientes (ira), ya que este proceso es temporal y necesario, es fruto del dolor, es parte del proceso de curación. Si no lo haces tardarás más en esta fase o puede que incluso te quedes anclado en ella.
Existen muchos métodos para ayudarte en este punto, puedes escribirle una carta al ser querido contándole lo que sientes, establecer una conversación imaginaria con él, cualquier cosa siguiendo esta línea es válida siempre que puedas expresar lo que sientes.
También es recomendable realizar ejercicio físico o meditación.
¿Qué hubiera pasado si…? (Fase de negociación)
Puedes llamarla fase de la esperanza. Aun no has asumido la perdida por completo, y buscas maneras de que tu ser querido vuelva a la vida. Tratas de hacer pactos con cualquiera (con todos, con Dios, contigo mismo) para que haya una especie de vuelta atrás, para que no ocurra lo sucedido…
También pensaras en las cosas que podrías haber hecho, y no hiciste, para que esto no ocurriera. Miraras al pasado en busca de respuestas, de una salida a tanto dolor. Estate tranquilo/a, esta etapa dura muy poco, te queda el último esfuerzo, para aliviar este dolor, aunque he de decirte que te va a resultar agotador, es una lucha entre cuerpo y mente, entre realidad y fantasía. Una vez más tendrás que luchar y poder con ello, estoy convencida que lo conseguirás.
¿Por qué seguir? (Fase de depresión).
Ahora sí, ya estas convencido/a que no volverás a estar con tu ser querido, que no volverá, que ha muerto.
Los sentimientos de tristeza, dolor, incertidumbre, y vacío profundo están en lo más hondo de tu cuerpo y tu alma. Es tal tu agotamiento físico y mental que tienes claros signos de irritabilidad e impotencia.
Paciencia, sentir la depresión, es la manera de salir, es tu escalera para sacarte del pozo. Siéntela, permite sentir la emoción que estas viviendo en estos momentos.
Si ves que la escalera de la depresión es demasiado corta para escapar, no dudes en acudir a tu terapeuta, a veces se necesita un empujoncito.
Todo va a ir bien (Fase de aceptación).
Por fin haces las paces con la perdida, con tu ser querido, vuelves a vivir.
Esa pérdida siempre será parte de ti, Su recuerdo te acompañara siempre. Tu relación con el fallecido será completamente distinta, has aprendido a amarle de otra manera
Aceptas la realidad y a la vez sientes que has “crecido” gracias a todas las fases del proceso, a todos los sentimientos que has generado.
Ahora que estas, vuelves a tu rutina por completo te das cuenta que la muerte no es un “castigo”, sino parte de la vida.
Ahora ya has sanado.
Por supuesto que todo esto es diferente para ti que para cada persona, tanto en el dolor que sientes, la intensidad o la duración, e incluso puede que no seas capaz de afrontar este reto tú solo/a, así que no lo dudes, sé valiente, y pide ayuda a tu terapeuta.
Es hora de sanar y ser feliz
Artículo escrito por Yu GM y Erika Rufo