Es una especialidad psicológica que incorpora las vertientes espirituales e importantes de la destreza humana en el ámbito de trabajo e investigación de la psicología moderna.
Establece una comprensión diferente del psiquismo (Conjunto de los caracteres psíquicos de un individuo y de los fenómenos relacionados con ellos), la salud – la enfermedad y el desarrollo personal y espiritual.
¿En que consiste?
Para alcanzar a entenderlo mejor, es esencial saber, que es una evolución de la autorrealización que tiene como propósito ayudar a las personas a descubrir lo profundo de su yo interior.
Se basa en crear y fomentar las cualidades de un individuo, pero no solo eso, sino también su espiritualidad y su autodesarrollo, permitiendo utilizar sus sentimientos libremente y recursos internos para orientar los problemas y así poder crear un sentido amplio de equilibrio y armonía en sus vidas.
Gracias a ello, la persona logra llegar a un alto nivel de funcionamiento tanto en el trabajo, en el entorno familiar y en las relaciones sociales.
Yo, como terapeuta transpersonal tengo en cuenta una amplia sucesión de técnicas que expondré de una manera sencilla para que se puedan continuar aplicándolas más allá de la terapia y de forma más natural. Básicamente estas técnicas se ajustarán a las necesidades específicas y circunstancias personales de cada uno.
Historia de la Psicología Transpersonal
La psicología transpersonal aparece en Estados Unidos en los años 60, siendo conocida como “4º fuerza en psicología, después del behaviorismo, el psicoanálisis y la psicología humanista. Esta última ya contribuye a una nueva comprensión del ser humano: lo más importante no está en la “enfermedad”, como en el psicoanálisis, sino en el “potencial positivo del ser humano”.
Se centra en el convencimiento de que en el ser humano hay una fuerza muy potente que le empuja al crecimiento. En condiciones propicias esta fuerza se manifiesta y la “enfermedad” intenta retener esta fuerza dentro de nosotros. El ser humano pasa a relacionarse con el mundo, ya no le interesa solamente su historia personal y familiar.
La Psicología humanista da un paso importante hacia la comprensión holística del hombre y su integración en la Naturaleza. La persona ya no se ve como objeto de estudio sino con un enorme respeto y amor. Así se crea un “encuentro terapéutico”, donde el terapeuta va a acompañar su cliente (debido a que ya no es un paciente) en su viaje hacia dentro de sí mismo.
Sin embargo, alrededor del 1967, la divulgación de la meditación y otras técnicas que podían producir estados alterados de conciencia, un gran número de personas comenzó a hablar de experiencias poderosas y de una gama de estados de conciencia que iban más allá de lo que ocurre en el día a día, mas allá de lo reconocido y estudiado por la psicología occidental.
Entonces, lo que siempre les había parecido a los occidentales como algo místico y sin sentido, o como manifestaciones psicóticas o histéricas, se convirtió en algo increíblemente cotidiano en la vida de una minoría importante.
Uno de los pioneros de la Psicología Humanista, Abraham Maslow escribió en 1968:
“Considero la psicología humanista, la psicología de la 3ª fuerza, una preparación para la 4ª Psicología, todavía más fuerte, transpersonal, transhumana, yendo más allá del humanismo, de la identidad y de la individualidad. Todos los niveles de conciencia, incluso el nivel cósmico, ya fueron vivenciados y descritos con absoluta precisión por los místicos orientales hace más de 4.000 años. Hablaban con naturalidad de los flujos de energía dentro de sí mismos y en todo el Universo.
Enseñaron que en el centro del hombre no es la mente, sino un nivel mucho más profundo que llamaron Ser, Conciencia, Ser Interior, Maestro Interior. Cuando conectamos con este nivel profundo de nosotros mismos, experimentamos un sentimiento de Unidad con el Universo”
Investigadores como Ken Wilber y Stainsla Grof crean un mapa de la conciencia consiguiendo provocar de forma experimental estados de conciencia superiores, llegando al estado de conciencia cósmica (cuando la persona se siente integrada en el universo). Comprenden que desde ahí se podía tanto ir al pasado como al futuro, ya que en la conciencia profunda se trasciende la limitación del tiempo y del espacio, así como la percepción sensorial.
De esta manera, la Psicología Transpersonal une el conocimiento occidental con los sistemas filosóficos orientales: Budismo, Yoga, Taoísmo, Sufismo, Vedanta etc… Todas estas escuelas ofrecen estudios objetivos y prácticos sobre el funcionamiento de la mente, cómo manejarla y también cómo adquirir el contacto con este nivel más profundo. Afirman que la cura de todos los dolores psicológicos del ser humano está en esa conexión, con este centro interior. Ahí se encuentra acumulada una profunda sabiduría, un centro orientador de donde nace nuestra intuición pura.
Por lo tanto la Piscología Transpersonal es una herramienta de investigación de esta naturaleza fundamental, que reconoce el potencial de los estados de conciencia que transciendan los límites habituales de la personalidad y de la salud, reconocidos tradicionalmente. También aprueba las experiencias trascendentales como factor de crecimiento y expansión de la persona.