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Pérdida de peso extremo: La anorexia y la bulimia

En el artículo anterior se explicó que los trastornos alimenticios se generan por conflictos producidos sobre todo por la relación que tenemos con nuestra madre (ya que de ella se genera el primer alimento que se toma) o figura materna, la influencia que ella ejerce sobre nosotros y como se lleva al terreno emocional, colocando a las diferentes personas de nuestro entorno a su mismo nivel.

También comentamos que este método de defensa (engordar o adelgazar) proviene de nuestra parte del cerebro que pertenece al cerebro prehistórico, y se relaciona el engordar con protección y defensa, mientras que adelgazar con la agilidad y la huida.

En este artículo de hoy se tratarán los trastornos alimenticios por pérdida de peso, que parten de la base de la necesidad de la agilidad para poder huir ante un posible enemigo, se quiere no ser vista, se quiere desaparecer por el gran rechazo que se tiene a uno mismo, por eso se elabora este proceso de autodestrucción.

Si se une con la explicación previa, se puede apuntar que estas anomalías alimenticias depende de la relación materna y de la manera en la que se quiere huir de ella o de su influencia, aunque se sienta amor hacia ella.

En el caso de la anorexia la renuncia a la comida, simboliza el rechazo hacia la madre, sus conflictos emocionales por la falta de afecto. Este problema se genera porque el alimento emocional que entrega la madre es toxico y se refleja en el pensamiento/sentimiento produciendo un desnivel en la alimentación física. La madre de las personas con este tipo de trastorno suelen ser muy controladoras, exigentes, asfixiantes… y produce una relación absolutamente desequilibrada que como consecuencia causa la anorexia.  En el supuesto de que se tratara de anorexia nerviosa se estaría hablando de un rechazo a la feminidad y a la sexualidad como mujer, pero teniendo en cuenta que a su vez se está buscando desesperadamente llamar la atención y sentirse mujer.

En el caso de la bulimia se come compulsivamente por la necesidad de protección, esa que la madre no da. Se necesita que el alimento emocional que proporciona la madre sea diferente, no es cuestión de no querer comer, sino que el alimento sea diferente. Las personas con este trastorno necesitan sentirse protegidas, no se sienten así con referencia a su madre. Si se trata de  bulimia nerviosa se refiere a un rechazo, a la repulsión que siente la persona hacia sí mismo. Esto genera biológicamente un aumento de glucosa en sangre y por lo tanto una ingesta impulsiva de comer y con posterioridad un sentimiento de culpa. Por esa razón se vuelve al punto de origen.

Para ambos trastornos alimenticios la solución suele ser bastante similar, ya que ambos parten de la misma raíz. Aquí te dejo unos consejos que puedes utilizar para hacerle frente:

  • Ser consciente que padeces esta enfermedad y querer ponerle solución.
  • Aprobarte y aceptarte a ti mismo y a tu cuerpo.
  • Amar y aceptar a los demás sin esperar nada a cambio.
  • Cambiar la percepción (pensamiento/sentimiento) hacia tu madre. Tienes que aceptarla tal y como es.

Sobre todo recuerda que este cambio es un proceso por lo tanto se producirá poco a poco.

¿Estás dispuesto a empezar una vida lejos de la anorexia o de la bulimia?

Ya estás preparado para sanar, y puedes hacerlo, aunque si no te ves capaz, solicita ayuda a tu terapeuta.

Recuerda esta frase “¿Desde cuándo buscar la perfección se convirtió en algo que nos trae tanto sufrimiento?”, y piensa con sinceridad si merece la pena.

El próximo mes trataremos la menopausia, por qué se produce.

¡Es hora de sanar y ser feliz!

Erika Rufo & Yu GM

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