IMPORTANTE:
Nada de lo aquí mostrado deberá tomarse por diagnóstico, tratamiento o prescripción, la información que se comparte está basada en la información, comprensión y experiencias individuales de sus autoras.
Llega el invierno y el frío. Esto produce que nuestro cuerpo sufra cambios de temperatura, de estar calentito en algún sitio a tener que salir al frío de la calle, produciendo lo que entendemos como catarro o resfriado.
También es cierto que en verano conocemos a personas, quizás nosotros mismos, que se enfrían sin motivo aparente, volviendo, una y otra vez, a argumentar que se ha producido por los aires acondicionados. De nuevo achacamos el problema a los cambios de temperatura, justificando así a aquellas personas que están todo el año resfriados. A lo anterior le sumamos que en primavera y otoño se resfrían porque por la mañana frío y por la tarde calor y tenemos cubiertos todos los flancos.
¿Y si te dijera que el responsable de tu catarro o resfriado eres tú?
Pues sí, así es.
El catarro o el resfriado en general suelen ser sinónimos y por lo tanto tiene la misma raíz del problema “algo te ha hinchado las narices”, es decir, te estás enfadando y en consecuencia se está debilitando tu sistema inmunológico.
En el caso del catarro ese enojo se produce cuando “no sabes dónde tienes la cabeza”, estás tan bloqueado que te cuesta pensar, preocupándote sin necesidad por detalles sin importancia.
Respecto al resfriado si se observan sus síntomas se ven que son muchos y variados. Es decir, en cada persona cursan de una manera u otra. Pues lo mismo ocurre con el motivo por el que se produce, en realidad son muchos, es decir, tienes demasiadas cosas a la vez en la cabeza.
Al ser la base de ambas dolencias la misma para tratar de sanarlas solo existe una única solución, relajarte, suelta ese tipo de preocupaciones que te están agobiando. Ordenar tu mente. Puedes intentar hacer meditación y tratar de cambiar tus sentimientos.
Para ayudarte con esto último, tienes que tener en cuenta que cada síntoma está acompañado por su propia emoción.
– Congestión nasal: ¿Qué o quién te molesta?
– Irritación de garganta: ¿Qué o a quién no quieres aceptar?
– Tos: ¿Qué no eres capaz de decir?
Por supuesto solo tú tienes las respuestas y siendo honesta con ellas encontrarás un camino para poder sanar y conseguir superar el resfriado y el catarro.
Sobre todo recuerda que este cambio es un proceso, por lo tanto se producirá poco a poco
Ya estás preparado/a para sanar, puedes hacerlo, aunque si no te ves capaz sola te recuerdo una vez más que deberías solicitar la ayuda a tu terapeuta.
Recuerda: “Llega un momento en la vida donde necesitas detenerte, ver dónde estás, mirar hacia dónde quieres ir y dejar atrás aquello que te atrasa”
¡Es hora de sanar y ser feliz!
Erika Rufo & Yu GM